CARTAGENA: Ciudad Amurallada

Tan vieja como las paredes que la rodean, tan moderna como su rascacielos extra muros, tan clásica como los siete campanarios de sus iglesias coloniales…esta es Cartagena, un crisol de culturas: española, negra, mulata y mestiza.

JORGE

Cuando Jorge Cabrera le dijo a su familia que su mudaba para Colombia sólo recibió reproches, advertencias y signos de preocupación. Después de todo Jorge abandonaba su nativo Huánuco con casi nada en los bolsillos, pero él sabía la necesidad es la madre de la creatividad.

Al arribar a Cartagena Jorge se sorprendió de las riquezas de esta ciudad, quizás la misma sorpresa que motivó al pirata Francis Drake enviar sus naves por para saquear los tesoros del nuevo mundo en Cartagena de Indias siglos atrás, uno de los puertos más ricos de aquella época.

En este puerto Jorge aprendió a vivir solo, fuera del entorno de seguridad que te brinda la familia y amigos. El inmigrante trabajó como chef en un restaurante y a montó una empresa de exportación del segundo producto más cotizado en las bolsas mundiales: el café.

Cartagena, así como su temperatura, está hirviendo en turismo. Ahora los barcos no están llenos de piratas con escopetas, si no con turistas armados de cámaras fotográficas. Jorge aprovechó del gran mercado turístico para hacer negocios y abrió su primer restaurante peruano.

A mediodía cuando el sol está más alto, la gente huye de sus rayos para buscar la sombra en sus casas. La siesta dura hasta las cuatro de la tarde y cuando llega la noche Cartagena es otra vez una eterna fiesta, la visión que el escritor Gabriel García Márquez “Gabo’ plasmó en su literatura.

Acá Jorge en base a esfuerzo y sacrificio escuchó su propia voz. Para Jorge cruzar la muralla de más de 11 kilómetros de extensión que rodea Cartagena representa un nuevo hito en su vida, una barrera más que hay que sortear para alcanzar lo que muchos llaman el éxito personal.

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