Peruanos en el Mundo: España
En este episodio vamos a la tierra de las corridas de toros y hablamos con una peruana que a pesar de todos los obstaculos trabaja como chofer de buses de turismo en Madrid. Ademas un joven hincha del club de futbol Barcelona nos muestra esta hermosa ciudad mediterranea…sabia usted que la marinera ha conquistado Barcelona y adivinen a quien econtramos en Madrid?….todo esto y mucho mas en peruanos en el mundo….desde España!
MADRID
Madrid se encuentra estratégicamente en el centro de España, esta ciudad es la sede de la presidencia, casa de la Moncloa, y además el lugar donde reside la realeza de esta monarquía constitucional.
España es uno de los cinco destinos más visitados del mundo y su capital es un destino casi obligado para el turista que busca cultura, buena comida y entretenimiento. Muy cerca de la estación de trenes de Atocha se encuentra el parque del retiro, la famosa puerta de Alcalá y la fuente de Cibeles en donde los fans del Real Madrid suelen celebrar sus victorias.
El corazón de la ciudad es la plaza mayor en donde miles de turistas van a comer o disfrutar de los cafés al aire libre. En esta ciudad se celebra la cultura latinoamericana como lo demuestran las diversas actividades que se realizan en la casa de la cultura del ayuntamiento de Madrid.
Pero el secreto mejor guardado de la capital de España, es la famosa “Marcha Madrileña”, los fines de semana los jóvenes salen al famoso distrito Chueca en donde bares, restaurantes y discotecas le dan fama a esta ciudad. Para cerrar con broche de oro, el flamenco nos muestra la esencia de esta vibrante ciudad.
GLADYS SOLANO: Al cruzar la puerta de Alcalá…
En Madrid Gladys Solano nos cuenta cómo fue su historia desde que llego aquí hasta que empezó a trabajar en un oficio poco común para una mujer: chofer de bus. “Llegue en marzo de 1991, mi hermana me animó…en los primeros seis meses no encontré trabajo, luego vino el verano y empezaron a llover las ofertas de empleo…cuidé niños, limpié casas y también laboré en muchos trabajos de hostelería” dice Gladys.
La vida de Gladys dio un giro de 180 grados cuando recibió una propuesta que no se lo esperaba: “Cuando saqué mis papeles vendía comida congelada a domicilio, el negocio se puso malo y una compañera de trabajo me convenció a que sacara la licencia para manejar buses…es así como conseguí este trabajo como chofer en una compañía de transporte público” dice Gladys.
La tranquila tarde madrileña en la plaza de la Puerta del Sol es interrumpida por las balas de salva que la policía municipal dispara con la intención de dispersar una manifestación. “Ay que susto (Gladys se sobresalta)…se están juntando Los Indignados, este es un grupo de desempleados que se hicieron famosos por las protestas en contra del sistema capitalista que empezaron el 15 de mayo del 2011, desde acá se extendieron a todo el país, Europa y el mundo” explica la chofer.
España ya no es el país donde miles de inmigrantes llegan a diario para trabajar y enviar dinero a sus familias. La crisis económica mundial afecto profundamente a este país que vivió una bonanza gracias a la construcción y el turismo. “Ahora parece que las cosas en América Latina están mejor, escucho que el Perú está avanzando…nunca se sabe si volveré” dice Gladys en voz alta para dejarse escuchar en medio de las sirenas de los patrullas rompe manifestaciones.
Tratando de escapar de las protestas, Gladys se dirige a la Plaza Mayor no sin antes pasar por la calle De las postas en donde estatuas humanas nos dan la bienvenida. “Estos artistas están acá por horas, les das una moneda y se mueven (mostrando un soldado que mueve el rifle después de que Gladys hecha un euro en una lata en el piso)…que cansado debe estar el pobre” dice la chofer.
A pesar de que los inmigrantes peruanos hablan castellano, el de casa es diferente al de Madrid, es inevitable el choque cultural. “La gente en Madrid se ríe cuando me escucha hablar jergas peruanas y por otro lado, cuando voy a Perú me preguntan de dónde vengo...a veces pienso que ‘No soy ni de aquí, ni de allá”, comenta Gladys y sonríe.
El atentado terrorista en la estación central de trenes de Atocha de Madrid ocurrido el 11 de marzo de 2004 revivió la pesadilla terrorista que Gladys experimentó en Perú. “Se me pone la piel de gallina cuando lo recuerdo, mi hijo acababa de enlistarse en el ejército y el usaba mucho el tren…gracias a Dios pude comunicarme con él y me dijo que estaba bien” dice Gladys.
Estamos en la víspera del día de las madres y Gladys se encuentra con su hijo, ella no duda en hacer la presentación de su vástago: “José María es mi hijo mayor, el trabaja en el cuerpo de paracaidistas en el ejército español y recientemente fue destacado en Líbano y Afganistán” dice la orgullosa madre.
El joven militar tiene palabras de elogio para su madre: “Para empezar creo que hay que tener mucho valor para salir de su país…siendo tan joven, sola y con la carga de dos hijos: mi hermano menor y yo…Además para conducir un bus, que es un monstruo de siete metros, también hay que tener mucho valor” dice José María y abraza a su progenitora.
Para entender el titánico trabajo de Gladys hay que subirse al bus con ella, al ver de cerca todo lo que Gladys hace para maniobrar el inmenso bus comprendemos porqué este trabajo no es el oficio típico para una mujer. “No tengo la fuerza de un hombre, la agilidad de maniobrar, sobre todo lo complicado que es la mecánica de un vehículo de esta magnitud…en cualquier momento algo puede fallar” dice la chofer.
Tomamos la ruta diaria que Gladys hace desde la ciudad hasta un campus Universitario. Gladys se toma un breve descanso y vuelve al autobús. “Yo he pensado volver al Perú cuando este viejita, me he adaptado fenomenalmente a este país, pero me gustaría tener una casita en la playa… por ahora estamos de momento bien” dice Gladys y arranca el motor para regresar al punto de partida, como si de eso se tratase la vida…
Consejos para su viaje:
En España no se usa el protocolo para hablar a los adultos, un cordial “hola” es suficiente.
En muchos cafés de Madrid suele tirarse las servilletas al piso, no son malos modales , sino costumbre locales.
Si va a Barcelona , aprenda algunas palabras básicas en catalán para ser cortés con los orgullosos catalanes.
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